
Natalie Goldberg propone: “Visualizá un lugar que amás, situate ahí, recordá los detalles. Ahora describilo. Puede ser un rincón de tu dormitorio, un árbol bajo el que te sentaste un verano, una mesa en el McDonald’s de tu barrio, la orilla de un río. ¿Qué colores, olores, sonidos hay? Cuando otra persona lo lea debería saber qué se siente estar ahí. Debería sentir cómo amás ese lugar, no porque digas que lo amás, sino por cómo mostrás los detalles”.