#SerUnEscritor
No terminar de aceptar que prescindir (o tachar) es tan importante, o más, que construir (o añadir)
Antes te decíamos que lo mejor es escribir de forma natural, relajada. Suelta las ideas y deja que fluyan sin prejuicios ni presiones. Ahora bien, una vez lo hayas hecho, comienza a cribar. Pregúntate si tal frase o pensamiento se entiende correctamente, si cierta acción contribuye a que la historia avance, si una trama secundaria favorece el sentido general o queda descolgada…
Sabemos que, después de haber escrito tanto, desechar algunas partes resulta difícil. Estamos tan satisfechos con nuestro esfuerzo que todo nos parece adecuado y lo vemos bien, pero no hay que engañarse. Nuestro manuscrito tendrá fallos, erratas nada fáciles de encontrar para un escritor novel. Cuando termines de escribir, lo mejor es que pongas distancia, que guardes el relato unos cuantos días. Tras ese periodo, léelo varias veces como si fueras un editor y tuvieras que valorar la obra. Serás consciente de los puntos flojos y comenzarás a suprimir o a reescribir partes, de manera que tu texto se enriquecerá sustancialmente.
