
Pasan los años. Todo cambia, y más importante aún, todos cambiamos.
Perdemos muchas cosas. Demasiadas. Pero la que más duele: la inocencia. Esa capacidad de creer, de soñar y creernos capaces de tantas cosas.
Ese filtro por el cual miramos desde pequeños y lo hace todo tan luminoso, tan bello y a la vez indómito.
Hay tantas razones por las que dejamos de creer. La principal causa: las personas.
Personas que destruyen, a veces conscientes, otras inconscientes.
Pero a su paso, acaban con ese algo, ese resquicio que iluminaba nuestros ojos y que poco a poco se apaga.
▫️ Inocencia: capacidad de ver el mundo a través de un lente de colores.