Ahora estás a salvo -dice al ver que mis lágrimas no cesan- ya nunca volverá a hacerte daño.Lo observo con odio en la mirada, con el mayor rencor que soy capaz de engendrar. Todo. Toda mi ira. Todo mi dolor. Todas mis penas las conduzco hacia él en un último grito de dolor.– Tú. TúSigue leyendo «Letter Hunter»