Un día cualquiera de un año cualquiera…

No he vuelto a buscarle. Ya las horas no se me hacen eternas pensando en su ausencia.

No me asalta su recuerdo cuando vivo momentos felices, deseando que ella también los viviera junto a mí. Ahora, cuando me miro en el espejo solo veo mi reflejo, ya no veo el contorno de su cuerpo, tan bien definido como si fuese real. En las noches ya no necesito su calor, no porque otra persona me lo otorgue, sino porque aprendí a encontrarlo entre mis sábanas.


No necesito a otra que me haga olvidarla. Sé que ni en mil años, ni en mil vidas, se borrará de mi memoria los años vividos junto a ella. Por eso ni lo intento, no es que quiera olvidarla, es que no lo necesito.


Porque aprendí a ser feliz sin ella, aprendí a reír solo, a bailar solo, a gritar a los cuatro vientos que soy feliz.
Que soy feliz porque por primera vez en mi vida no estoy tan perdido al punto de sentir la necesidad de encontrarme en alguien más.
Por primera vez en mi vida las noches no son solitarias sino que danzan en mi mente con un millón de sinfonías.
Por primera vez en mi vida la recuerdo, pero no la necesito en lo absoluto.
Quien iba a decir que el amor estaba donde nunca lo iría a buscar: en mí mismo.

Publicado por Escritosoriginalesmanu

Hija, esposa, madre, docente de ❤ escritora en proceso, amante de la naturaleza, confío en un cambio intrínseco de la humanidad

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